viernes, 11 de noviembre de 2011

Esta todo mal.




Ciertamente las noticias sobre la crisis económica actual no parecen tener fin, ni se aprecia un final apropiado y benévolo para el ciudadano de a pie. Anda la cosa bastante jodida, actualmente Grecia a los pies de los caballos, Italia a punto de resbalar al fango y nuestro país esperando turno sintiendo el aliento en la nuca. En este maremoto pagaremos los platos rotos los de siempre, y los hay que están haciendo negocio y lo harán después de que las aguas se calmen. Sí es que esto se aplaca alguna vez pues esta tormenta perfecta no parece terminar nunca. Hoy un compañero de trabajo decía que todo eso del fin del mundo en el 2012 algo de verdad iba a tener, y justificaba, tal vez sea el final de todo el status quo que hemos conocido en los últimos años y que nada será igual que antes.





"Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte."



Que grande era Quevedo, y es que sí la ola económica Europea no se nos acaba tragando, esperemos que los que gobiernan esta nave consigan por fín hacerlo en favor de todos y no de unos pocos. Olvidando palabras huecas, dejando a un lado la codicia y ejerciendo sus labores limpiamente y con honor y no buscando engordar sus bolsillos.

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