domingo, 5 de agosto de 2012

Piedrecitas a mí.

Sí, hubo un tiempo en que los efectos especiales eran sueños de cartón piedra, disfraces en cuyo interior una persona maldecía al que había tenido la ocurrencia de idear aquellas viejas películas. Muchas cumplían y por lo menos entretenían al que se sentaba delante de la pantalla del televisor o pagaba la entrada en el cine, pero eso no quita que muchas veces el espectáculo estuviese tan mal hecho que provocaba la sonrisa del espectador, eso sí no decía la típica frase:
- ¡Pero que cutre!.
Pero las cosas cambian, sí no habría que haber sufrido un Terminator distinto, más aproximado al que encarna Jose Mota; un Parque Jurásico diferente más parecido a las primeras películas de Godzilla; un Matrix que no lo reconocería ni su madre; Avatar la habrían tenido que hacer en dibujos animados; El señor de los Anillos un teatro de marionetas y así hasta el infinito y más allá.


2 comentarios:

popi dijo...

Son mas cutres los puñetazos que las pedradas... jeje

Diego dijo...

También tiene su aquel el rugido o gruñido, vete a saber, del Hombre lagarto o mujer lagarto que nunca se sabe.