jueves, 28 de agosto de 2014

Seremos Robin Hood.











SEREMOS ROBIN HOOD




Allí estaba en pie, delante del banco, con mi gorra en las manos, la cabeza baja, mi hermana y mi madre junto a mi, en silencio. Levante ligeramente los ojos, el cura bebía lentamente de su copa, el mismo ritual de siempre. Llevaba su dalmática dorada y púrpura. ¡Como relucía en el altar! era la cosa más lujosa que había visto jamás. Entorne la mirada hacía mi madre, con su vestido de domingo, que tendría como cien años. Era tan viejo el pobre vestido, que comenzaba a perder hasta sus colores. Que delgada estaba, como no iba a estarlo, si con tanto decreto ya no teníamos casi para comer. De repente  giro la cabeza hacía mí y me clavo esos ojos que decían "Que miras, bobo, muestra un poco de respeto o veras cuando salgamos de aquí". Eso era suficiente para que bajase la mirada hasta el mismo cura.

Por fin termino la misa. Me escabullí de mi madre y me dirigí hacia la tapia donde sabía que me esperaba el resto de mi pandilla. Mi hermanita me seguía unos metros por detrás. "Que mocosa mas pesada"- pensé. Cuando llegué ya estaban allí esperando. Los cuatro sentados en la tapia, con los pies colgando, no sabría decir cual llevaba los zapatos mas viejos.

- Te has traído al estorbo- me dijo Erick sonriendo.

"Niña estúpida, siempre avergonzándome"- pensé mientras le gritaba- ¡Vete a casa mocosa. Que pintas tu con unos chicos de once años!.- Ella agacho la cabeza, giro sobre sus pies de siete añitos y desanduvo la calle mirando de vez en cuando hacía atrás. Al llegar a la última puerta se detuvo, se sentó en la acera y comenzó a jugar con las piedras del suelo.

-Bueno, ¿como sigue el señor cura?- pregunto Erick con ese tono sarcástico tan característico de él. Erick y Will se solían librar de ir a misa porque su madre siempre estaba ocupada cuidando de su padre y su padre siempre estaba ocupado cuidando de vaciar el vino de la taberna.

-Ese hombre cada día esta más gordo- dijo Pit que había estado dos bancos detrás de mí en la iglesia- Cualquier día reventara en mitad de la misa.

-Ese día entrare yo a la iglesia- dijo Will. Todos reímos.

-¿Que es lo que comerá?- murmuro tímidamente John mirando hacía su estomago, parecía hablar con él en lugar de con el resto. Tenía hambre. Lo cierto es que todos la teníamos. Casi no había ni un bocado que llevarse a la boca y la mitad de la comida que conseguíamos era de estraperlo.

- Seguro que come pan recién hecho, con huevos- Suspiro Pit.

- Y un montón de carne- grito Will indignado.

Ahora era yo el que miraba mi estomago, ¡como rugía!

- Es una vergüenza- continuo Will- la gente pasa hambre y el engordando sin parar.

- También ayuda a los pobres- dije tímidamente- el cestillo siempre esta lleno de monedas.

- Vamos Thomas- me encaro Erick- ayuda a los pobres a costa de los pobres. Robin Hood ayudaba a los pobres. Este se come esas monedas.

- Habría que hacer algo- dijo Will envalentonándose- habría que quitarle ese dinero y dárselo a los que lo necesitan. Como Robin Hood.

-¡Estas loco!- grite.

- ¿Por qué?, le estamos ahorrando el trabajo, ¿no es para los pobres?- otra vez el sarcasmo de Erick.

- Pero no podemos hacer eso, si nos pillasen...- la voz de John solo era un susurro.

- No seáis gallinas- dijo Pit que siempre seguía a ciegas a los dos hermanos.

-Piénsalo Thomas-  me dijo Will- no es para nosotros, lo repartiremos. No estamos robando, simplemente cumpliremos con su fin.

A mi mente acudió el recuerdo reminiscente de la túnica dorada y púrpura del párroco. Lo cierto es que yo tampoco tenía la impresión de que esas monedas llegasen alguna vez a su destino.- Bueno y que proponéis- dije viniéndome arriba.

-Pero Thomas...- me dijo John con aire de no creer lo que había oído.

-Vamos John, solo le ahorramos el trabajo de repartirlo- le dije.

-Eso es- grito Erick.

- ¿Cual es el plan?- pregunto Pit bajando la voz hasta un susurro.

-Veamos- dijo Will con aspecto pensativo- Erick y yo no solemos entrar en la iglesia, así que nos quedaremos fuera para no levantar sospechas y haremos de cortafuegos, entreteniendo a los que quieran entrar.

-Yo también me quedare fuera- Se apresuro a decir John.

- No John, tu iras de zaguero. Te quedaras escondido dentro de la iglesia y silbaras si ves algo raro- le contesto Will.

-¿Y nosotros?- pregunte sabiendo la respuesta de antemano.

- Pit y tú haréis el trabajo sucio- dijo Erick.

"Lo suponía"- pensé.

- Cuando el cura deje el dinero en la sacristía- continuo Erick- entraréis y lo cogeréis.

- Claro, que fácil- ahora el sarcástico era yo- y si vuelve el cura ¿que? Alguien tiene que entretenerlo.

Los cinco quedamos pensativos.

-¿Que tal el estorbo?- Dijo Pit triunfalmente.

En ese momento quise matar a Pit- No, ella no sirve, es una mocosa- me apresure a decir.

- Por eso es perfecta, nadie sospechara- exclamo Will- puede tirar una de las velas, eso enfurecerá al cura.

- ¡No! Seguro que lo estropea- dije con un tono desesperado

-¿Que pasa Thomas?¿Es que quieres a tu hermanita?- pregunto Erick.

-¿Yo? que dices, es que ella no vale, seguro que se chiva en cuanto vea al cura- dije agarrándome a un clavo ardiendo.

-Vamos Thomas, si que es verdad que la quieres- dijo Pit con una risita.

-¡Que dices!- en ese momento odiaba a Pit mas que a nadie- de acuerdo, pero es una niña estúpida y seguro que nos pillan.

- ¡Claris ven!- ya estaba llamando Erick cuando yo aún no había terminado mi frase.

Ella se acerco con una sonrisa en la cara. Erick me dio un codazo.

- Claris- le dije con la voz más dulce que fui capaz- tienes que hacer algo por nosotros, es muy importante, y no puedes decir nada a nadie nunca. Si haces lo que te digo tendrás un premio.- Ella me miro sonriendo y asintió.

-El domingo siguiente, al terminar la misa, te acercaras al altar y tiraras una vela, ¿lo harás?. le dijo Will suavemente.

-Vale- dijo Claris sin dudarlo.

"Esta mocosa no se entera de lo que la espera, ya veras el cura"- pensé.

- Pues ya esta hecho- grito Erick- Seremos como Robin Hood.

-¡Si!- coreamos todos triunfalmente.



Por fin llego el día, ya era el domingo siguiente. La misa termino y nosotros nos escabullimos de mi madre como siempre. Solo que en lugar de dirigirme a la tapia me volví a colar en la iglesia con Claris de mi mano.

Todos estaban en sus puestos. Erick y Will, a unos pocos metros de la puerta de la iglesia, disimulaban haciendo que jugaban a los chinos. Un nerviosismo frenético me invadía, quería que todo terminase cuanto antes. "¿Como me he metido en esto?" me preguntaba. Dentro Pit y John habían encontrado un sitio perfecto, cerca de la sacristía una columna dejaba una sombra entre ella y la pared que les ocultaba de todas las miradas. La iglesia estaba vacía y en silencio, empuje a mi hermana hacia el alta y me dirigí sigilosamente hacia ellos.

-Esto no va a salir bien- murmuro John.

-Schissss- Pit estaba pálido.

"Ahora no eras tan valiente"- pensé.

Desde nuestro escondite vimos a Claris caminar lentamente hacia las velas, ya estaba muy cerca. En ese momento sonó una puerta al fondo de la iglesia y el sonido de unos pasos. ¡El cura!. los tres retrocedimos contra la pared y tratamos de contener la respiración. Claris extendió su manita y golpeo uno de los cirios que cayó con gran estruendo en el silencio de la iglesia. Los pasos se detuvieron.

-¡Que haces ahí niña!- grito el cura corriendo hacia mi hermana. Ella se quedo inmóvil mirándole con sus ojos inocentes. El cura se agacho y recogió la vela del suelo. -¿No te han enseñado a respetar lo que es sagrado? Pues yo te enseñare- y cogiéndola de una oreja se la llevo por donde había venido. Ella no dijo ni una palabra.

Los tres nos habíamos quedado paralizados. Yo levante la cabeza y mire a mis amigos. Con los ojos les decía "Esa es mi hermana, veis que valiente es"- estaba orgulloso de ella.

-Ahora- dijo la voz de Pit sacándonos de nuestro estupor.

Pit y yo salimos de nuestro escondite apresuradamente, entramos en la sacristía, y allí, sobre una mesa, estaba el cesto lleno de monedas. Lo tomé en mis manos y vacíe el contenido en mis bolsillos. Pit y yo nos miramos, lo teníamos. ¡Corre! le dije. y los dos salimos precipitadamente de allí.

- Corre- le grito Pit a John sin detenerse y los tres nos dirigimos a la calle. Allí nos esperaban Erick y Will.

-¡Correr!- les grito John. Y todos comenzamos a correr sin dirección. En nuestra loca huida olvidamos todos nuestros planes, y presas como éramos del miedo, el nerviosismo y la euforia cada uno tiro por una calle sin pensar si el resto le seguían.

Cuando considere que ya estaba lo suficientemente lejos y no había peligro, me detuve. Mire a mi alrededor, estaba solo, ¿donde estarán los demás?- pensé. Comencé a deambular por las calles para ver si los veía, pero las monedas me quemaban en los bolsillos y un sentimiento de temor comenzó a invadirme "¿y si les han cogido? ¿y si me delatan? Tengo que hacer algo"- Así que tome una decisión- "Me iré a casa, esconderé las monedas y esperare. Eso será lo mejor"   
 
Llegue sin inconvenientes hasta casa, empuje la puerta y entre. Allí estaba mi madre, sentada, con su vestido descolorido, parecía triste y preocupada. En ese momento metí la mano en uno de los bolsillos y mis dedos tropezaron con las monedas.

-"¿Por qué no?"- me dije- "nosotros también somos pobres y lo necesitamos. Con una de estas monedas ella podrá comprase otro vestido"- Así que encerré una de ellas en mi puño y me dirigí a mi madre. Me pare delante de ella, extendí el brazo y abrí mi mano donde relucía aquel tesoro.

-Toma para ti- le dije orgulloso de mi gran acción. Ella miró la moneda y después me miró a  mi, estupefacta.
-"No sabe que decir"- pensé mientras me invadía un sentimiento de jubilo. Ese sentimiento desapareció cuando de repente mi madre dijo: -¿De donde has sacado esto?- y la mirada que yo ciegamente había creído de orgullo hacia mí se transformo en una mirada de enfado y desconfianza.

- Dime ahora mismo Thomas de donde la has sacado- me grito zarandeándome  del brazo. Esto no es lo que yo esperaba. Estaba tan asombrado que no se me ocurría ninguna respuesta. ¿Por qué no se alegraba?

-Es un regalo mama- balbuceé.

-¿Pero que regalo? ?Que dices, bobo? La gente no regala monedas. O me dices de donde a salido o te vas a enterar.

- Del cestillo de la iglesia- dijo una vocecita desde la puerta, era Claris que acababa de entrar y nos miraba asustada- ¿que pasa mama?

-"Oh no"- pensé- "¡Esto es el fin! Como se le ocurre decir algo así a esta niña estúpida". Todo el orgullo que había sentido aquel día por ella se borro de un plumazo, volvíamos a la realidad- "Niña estúpida, te vas a enterar cuando esto termine"- me repetía a mi mismo.

-¿De la iglesia? ¡De la iglesia!- grito mi  madre- Dios mío- dijo santiguándose- ¿Como se te ha ocurrido? ¿ Que clase de hijo he criado?

-Pero mama, somos Robin Hood- acerté a decir

-¿Que Robin Hood? ¿Eres tonto hijo?

En ese momento hubiese querido ser el pájaro ese de los dibujos de las tazas de té, ¿como se llamaba?. Zas!!! El bofetón de mi madre me regreso a la realidad.

-Esto lo arreglo yo- dijo y agarrándome de la oreja me saco por la puerta.

¡Ahora si que estaba perdido!

Al domingo siguiente allí estaba otra vez. En pie, delante del banco, con mi gorra en las manos, la cabeza baja, en silencio. Mi madre estaba junto a mi y mis amigos esparcidos por los bancos de detrás. ¡Todos mis amigos! Todavía nos dolía la paliza de nuestras madres y del cura, y aún nos esperaba el castigo mas largo de la historia de los castigos.

Suspire-"Quisiera ser un colibrí".





FIN



Aurora Pastor
Agosto 2014

miércoles, 27 de agosto de 2014

Manicomio de locura.


                                       


       




 MANICOMIO DE LOCURA





 -¡Doctor es usted un genio!, cuando entró el paciente pensé que acabaría en la morgue .

- Solo he aplicado una serie de antiguas pautas  ya conocidas. Con la contrarreforma algún cura quedo  afectado psicológicamente  y se les fue la cabeza, el paciente presentaba los mismos síntomas, 
Nada que no solucione un par charlas con él. 

- Bueno y alguna que otra inyección cutánea.   

Subcutánea!  las inyecciones son siempre subcutáneas. Te queda mucho por aprender Alejandro.


 - ¿Es usted el doctor mas veterano verdad? He oído que lleva desde que abrió el centro; es usted el mejor Loquero  que he visto nunca...


- En ese momento una enfermera corta la cordial conversación y se dirige a ellos con tono serio 
- ¡Manuel!, ¡Alejandro! en la habitación les esperan

Manuel gira su estirado cuello y con cara de desgana mira a su joven compañero.
 - Vamos a ver a unos pacientes con un caso complicado, Alejandro.

 En comandita se dirigen al cuarto, con paso rápido marcado por las largas piernas de Manuel, que es un hombre alto y estirado, rozando la extrema delgadez, mas pronunciada al lado de su compañero Alejandro, que es bastante corpulento.
Allí les esperan García y Martín, bastante parecidos físicamente, delgados, con peinados similares y unas ojeras bastante pronunciadas, quizás provocadas por el estrés que conlleva el estar en aquel lugar.

- Buenas tardes Manuel y Alejandro

- Buenas tardes García y Martín. - Se saludan entre ellos.

- García les da paso muy amablemente  -Siéntense, están ustedes en su habitación.

-  Ya ha pasado una semana desde la ultima vez que nos vimos.

- Veo que tiene usted buena memoria señor Alejandro. ¿ Porque se empeña en tener la cita con los dos juntos, Manuel?

- ¡No creo que tenga que darle ninguna explicación Señor García! pero se la daré, Alejandro debe venir conmigo para ver como funciona el centro.

- ¿Y porque es tan necesario que aprenda, Manuel?.

- Para sustituirme cuando yo falte.

-Ja ja - Se ríe Martín.
 
- Por favor Martín no ría con estos temas serios.- Martín recibe el enojo de García como si le arrojasen un puñado de casquijo  a los ojos.

-  No sea usted pueril señor Manuel ¿ya esta usted otra vez con el tema de que es el Doctor? Dejémoslo, por favor continuemos...

- ¡Bien! realmente he venido con Alejandro, porque han llegado a mis oídos rumores de que le da miedo estar solo conmigo

- ¡Ah! ¿si? ¿y donde ha escuchado usted eso Manuel?

- Se lo comento usted el otro día a las enfermeras ¿No lo recuerda?

- ¿ Esta usted seguro de que se lo han dicho ellas? 

- ¡Claro que si! ¡soy el doctor!

-¡ Por favor Manuel! ¡el Doctor soy yo! no voy a tener mas remedio que separarle de Alejandro, le sigue el juego y ralentiza su recuperación, no es nada mas que un antílope  tembloroso junto a un león hambriento.
 
- Veo que tantos años aquí García le han hecho ver bien como funciona esto, ha visto trabajar a muchos doctores ¡y la verdad!  me creo su papel...

- Esto enfada bastante a García que se levanta como un resorte - ¡Esta bien! - Hace una pausa pensativa.
- ¡Alejandro! ¿puede usted abandonar la habitación? - Dice invitándole a salir

-Ja ja - Ríe Alejandro. -Tenia usted razón Señor Manuel, este caso es complicado...

Uno siempre cree que la locura y la culpa la tienen los demás, ¿Crees estar en posesión de la verdad? ¿crees que tu eres el cuerdo? ¡Bueno! la ignorancia tiene sus virtudes, pero recuerda que quizás en la locura este la genialidad... 



Victor Pastor - Agosto 2014

miércoles, 6 de agosto de 2014

Diario de un Chatín.












DIARIO DE UN CHATÍN
 (Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)





19 de Junio de 2012.

Ultimo examen final y terminaré Bachillerato, lo que me está costando, menos mal que al Lupas ,el profesor de historia del arte, ya le conocemos de sobra y nos avisa de forma sutil de lo que va a caer. Me siento al lado del Pera, un chaval al que llamamos así porque debe ser medio sevillano y en vez de decir espera, siempre te dice, pera hombre pera, no tengas prisa. Me parto con el Pera, llevamos todo el curso juntos y el tío es una máquina, notables a punta pala y encima buen compañero que me deja copiar en todo.
Dos filas mas atrás está Culofino, debe pesar 100 kilos por lo menos, menuda mole de tío, para el recreo se trae una barra de pan entera llena de fiambre del barato y se la come entera, no deja ni rastro.
                   ¿Donde vas Culofino? ¿A plantar un pino?- se escucha por el pasillo bajando al recreo
                   Vete a la mierda Pera , o mejor pera a que te den clases de lengua retrasado- contesta  con ira Culofino.
                   Haya paz hermanos- Les digo mientras paso un brazo por encima del hombro de cada uno y me sitúo entre los dos.- Chavales que solo nos queda este examen y a tomar por culo el insti, ¿como lo lleváis?
                   Tú que crees Chatín- me dice el Pera sonriendo picaronamente- Me juego lo que quieras a que cae las bóvedas de cañón o el Pantocrátor
                   Pues pa tu culo mi aparato- salta como una exhalación Culofino.
                   Confío en ti Pera porque solo me he mirado eso si me veo en apuros
                   Tranquilo Chatín ya sabes que puedes contar conmigo.- me interrumpe el Pera

Salimos directos al parque a fumar, a la sombra de un pino en el césped. Fumábamos solo Pera y yo porque Culofino tenía su enorme bocadillo y de ahí si que no había quien lo sacara.
A la vuelta a clase, allí estaba ella, la chica mas guapa que hasta ahora había visto y encima se sentaba justo detrás de mí, su nombre era Estrella. Jamás me he atrevido a pedirla de salir ni nada parecido, es inalcanzable para alguien de mi pandilla, incluido yo claro.
                   Como lo llevas- pregunto tímidamente.
                   Un poco mal – responde con cara de angustia.
                   Tú tranquila el Pera me ha dicho que o caen las bóvedas de cañón o el Pantocrátor ese y yo me fio del Pera y de lo vago que es el Lupas.
                   Eso si me lo sé – y su rostro cambia en un segundo mostrando la sonrisa más bella que os podáis imaginar.

Entra el Lupas por la puerta mandando callar y separar las mesas, reparte los exámenes en la primera fila, coges uno y lo pasas, ha llegado el momento y ...Bingo!!
                   Joder Peras eres el puto jefe – le digo mientras salimos del examen. - ¿Un piti en el parque y nos despedimos?.

Allí estábamos los cuatro fantásticos con el pitillo en la boca contándonos que íbamos a hacer en el verano.
                   Yo me voy a la playa – dijo Culofino sonriendo de oreja a oreja.
                   Cuidado con los arponeros, ballenato – se apresuro a decir el Pera mientras reíamos Estrella y yo y Culofino se ponía colorado. - yo me iré al pueblo de mi madre a Cadalso de Vidrios.
                   ¿Y tu Estrella?- pregunto entre risas.
                   Supongo que como todos los años bajaré a Santa Pola a ponerme morena en la playita.
                   Yo ya sabéis que estaré en el pueblo, espero se de bien el verano chicos, nos vemos en septiembre – apuro una calada del cigarro y me marcho camino de casa.

Esa sería la última vez que nos viésemos hasta después de muchos años.


17 de octubre de 2020

Por fin terminada la carrera pongo rumbo a mi primera entrevista de trabajo, nada más y nada menos que en Zaragoza, con el frío y el viento que hace allí, creo que lo llaman el Cierzo, que dicen que vuelve a la gente loca.
Me alojo en casa de un compañero de carrera porque como de costumbre ando justito de pasta. Un colegio privado busca profesor de lengua, es mi oportunidad.
Suena el despertador, son las 8:00 de la mañana, me levanto de cama y tengo un sueño horrible, fuera en la calle está lloviendo y sopla el maldito viento con una fuerza increíble haciendo que las persianas no paren de moverse.
Salgo a la calle, por suerte el autobús llega pronto, no se si quiero que me den el puesto de trabajo, no me gusta para nada esta ciudad pero necesito trabajar. Son las 8:45 cuando llego y estoy nervioso, aun faltan 10 minutos para mi entrevista pero decido entrar porque no se puede aguantar el frio que cala los huesos.
                   Buenos días señorita mi nombre es Alberto y tenía una cita con el director en diez minutos le importa si espero sentado aquí, fuera hace demasiado frío para alguien de la capital como yo.
                   Alberto ¿que más? - pregunta la chica de recepción sin darse vuelta.
                   Pardo, me llamaron porque necesitaban un profesor de lengua y aquí estoy – contesto mientras intento peinarme un poco el flequillo.
                   ¡¡Eres tú!! - resuena alegría en sus palabras aunque no se quien puede ser hasta que hace girar su silla.

Delante de mi recuerdos de la adolescencia pasan a toda velocidad, ¿como olvidar la sonrisa más bonita que has visto jamás? Es imposible, el que fue mi amor silencioso estaba allí delante mía convertido en la mujer mas imponente que había visto y encima con esa sonrisa que había recordado durante estos años.
                    Estrella, ¿eres tú?, ¿qué haces aquí? Cuanto tiempo y sigues igual de guapa, cuéntame, que casualidad ¿no?
                    ¿Casualidad? Te he llamado yo – dice mientras nos fundimos en un abrazo que para mi duró siglos aunque en realidad fuesen segundos – Javier me dijo que había estudiado contigo y como aquí necesitaban un profesor de lengua aproveché para volver a verte.

                    Jo, la de años que hace que no te veía, en el 2012 desaparecisteis los tres sin dejar rastro, ¿por que?
                    La empresa de mi padre lo traslado a Zaragoza después de ese verano y me tuve que venir, del Pera y Culofino no se nada, aunque dicen las malas lenguas que el Pera está hecho toda una eminencia en esto de las letras y que vive en Toledo.
                   Pues si es así, en semana santa podríamos ir a su búsqueda, siempre y cuando consiga este trabajo.
                   Este trabajo es tuyo casi seguro, le he hablado muy bien al director de ti y soy su mano derecha, compórtate y peínate bien y lo tendrás hecho – me dice mientras me coloca bien el flequillo y me sonríe.

Hora y media después el trabajo era mio como había barruntado Estrella. Así que me puse a buscar piso y comencé una nueva etapa de mi vida en Zaragoza.

20 de Abril de 2021

En solo tres meses me había adaptado a la ciudad y gracias a Estrella quien ahora mismo es mi pareja y con la que comparto piso (parece que va en serio la cosa). Hemos ahorrado un poco y vamos tras la pista de El Pera. Como había dicho Estrella vivía en Toledo, crisol de culturas y tierra de buen comer, así que decidimos ir a buscarle en vacaciones de semana santa, salimos mañana para allá. No resultó muy difícil encontrarle ya que solo tuve que buscar a Juan Carlos Orejillas (su verdadero nombre) en la universidad de Toledo y ahí apareció como jefe de investigación de filología hispánica y con varios galardones a sus espaldas.
Tras hablar con él, nos dejaba instalarnos en su casa a las afueras de Toledo, maletas preparadas y muchísimas ganas de verle cuando suena el móvil de Estrella.
Algo ha ocurrido, estoy casi seguro, un frio intenso recorre mi espalada en un instante.
                   ¿Qué ocurre Estrella?- pregunto mientras la veo empalidecer. - ¿Es el Pera? - contesto nervioso mientras veo que sus ojos se llenan de lágrimas.
                   No – me dice con la voz temblorosa mientras cuelga y empieza a llorar – Es Culofino
                   ¿Qué le ha pasado? - pregunto mientras me acerco a ella
                   Nos ha dejado, ha tenido un accidente de tráfico mientras iba a Toledo, había conseguido localizarlo y era una sorpresa que te quería dar, volver a reunir a los cuatro fantásticos como nos llamabas tú.
No puede mas ,se le nota en los ojos, apenas puede hablar, llego delante suya justo cuando se desploma en mis brazos.
Han pasado tres horas desde la noticia, Estrella empieza a despertar la preparo una tila y la pregunto como está que si tiene fuerzas para bajar a Madrid para despedirnos de Culofino, se pregunta si fue casualidad lo que le había pasado o fue culpa suya por  invitarle a Toledo. Consigo tranquilizarla y convencerla para que descanse en el coche camino de Madrid. Voy recordando los buenos momentos que pasamos con Culofino y que siempre pensé que sería el colesterol lo que nos separaría de él. También pienso lo mal que lo debe estar pasando Estrella y me intriga saber como está el Pera, pero lo sabremos en diez minutos que llegamos a Madrid y más concretamente al banco donde íbamos en el recreo, pegado al tanatorio de la M-30, donde es el velatorio.
Estrella y yo estamos sentados en el banco cuando aparece una sombra entre los arboles, traje oscuro, gafas de sol, cara de apenas haber dormido, y una sonrisa en su cara mezcla de dolor y alegría, es el Pera.
                   ¿Que tal chicos?- Nos dice con voz ronca
                   ¿Un tío que gana premios como tú por lo bien que escribe y nos dice eso?- Intento romper el hielo y funciona porque Estrella y Pera se están riendo.- Dame un abrazo anda
Nos fundimos en un abrazo y nos ponemos un poco al día de como nos ha ido en la vida, Pera me cuenta que después de aquel verano sus padres le metieron en un internado religioso ,donde finalmente le abandonaron, que nunca se preocupó de averiguar por qué lo hicieron y que solo sus buenas notas le mantuvieron la beca y la única forma de sustento que tenía él. Que estando en el internado se volvió bibliófilo y que tenía mas de trescientos ejemplares de primer nivel en su casa de Toledo. Que gracias a ese internamiento había llegado donde está ahora.
                   Creo que es hora de fumarnos un cigarro y entrar – digo mientras Estrella pone al día a Pera de cómo nos iba juntos y esas cosas
Apuramos el cigarro en la puerta del tanatorio y decidimos entrar a dar el último adiós a nuestro querido Culofino.

"No te has ido del todo.
No hablaré de tu ausencia
pues tu presencia está en nosotros
viviremos con tus consejos
dejaste derramada
tu sonrisa amada en nuestros corazones.
Tú estás entre nosotros
en lo que digo y en lo que soy
no te has ido del todo
tienes mil modos de estar aquí
Dios sabrá lo que hace
cuando se nace para morir
Pero..te extrañaremos igual
No eres un ser perdido
ningún olvido te va a borrar
eres lo que ha quedado
recuperado dentro de nosotros."

(Nerio David)





 FIN

......


Alberto Pardo "Chatito". Agosto de 2014


sábado, 28 de junio de 2014

La Atalaya Caspueñera.


El Pico del Marañal.



Desde este punto se domina una amplia vista del pueblo, de los caminos y de los chalets, hacia la derecha el valle se pierde en la lejanía en su ligero descenso empujando tímidamente al sosegado Ungría.
El pico del Marañal ofrece una vegetación rala, escasa si se compara con las laderas de enfrente, no obstante cuestan pocos minutos el subir y el panorama que se ofrece es digno de una buena panorámica.